Las secuelas de la Segunda Guerra Mundial vieron a gran parte de Europa devastada de una manera que ahora es difícil de imaginar, sin embargo, las imágenes de Ucrania ofrecen recordatorios espantosos. Aproximadamente 36,5 millones de europeos han muerto en el conflicto, 19 millones de ellos civiles. Los campos de refugiados y el racionamiento dominaban la vida cotidiana.
4 años después, las democracias occidentales se unieron para firmar el tratado más conocido por su famoso Artículo 5, en el que se acordó que «un ataque armado contra uno o más de ellos … se considerará un ataque contra todos ellos» y que después de tal ataque, cada Aliado tomaría «las medidas que considere necesarias, incluido el uso de la fuerza armada» en respuesta. Si bien el nuevo tratado había creado Aliados, no había creado una estructura militar. Esto cambió con la detonación soviética de una bomba atómica en 1949 y en el estallido de la Guerra de Corea en 1950. SHAPE, el Cuartel General Supremo de las Potencias Aliadas de Europa se formó, con el General de los Estados Unidos Dwight D. Eisenhower como el primer Comandante Supremo Aliado de Europa, o SACEUR.
Desde 1949, 18 naciones más se han unido a la Alianza, que en la década de 1950 era una organización puramente defensiva. En la década de 1960, la OTAN se convirtió en un instrumento político para la distensión. En el decenio de 1990, la atención se centró en la estabilización de Europa oriental y Asia central. En la primera mitad del siglo 21, la OTAN se enfrenta a un número cada vez mayor de nuevas amenazas. La anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia en 2014 y su ataque injustificado y no provocado contra Ucrania son un recordatorio aleccionador de la importancia de la tarea central de la OTAN: la defensa colectiva.
